Y disfruto de esas pequeñas cosas que me van pasando día a día.
Un beso de despedida de mis nenes, una tarde completa, notar el aire fresco mientras dormiteo en el sofá, un cuento de mi hermana, una charla con alguien con quien hacía tiempo que no hablabla, un tazón de chocolate, perderme con las palabras de ese libro que hace tanto que me quería leer, poder ir a las piscinas, esa canción que hacía demasiado tiempo que no escuchaba, esa foto que me transporta a años atrás, ir a ver mis abuelos, un regalo inesperado,las charlas con mis tatos, esas noches en las que no sabes que hacer y de repente estás dando vueltas por ricardo con una amiga amiga, esa llamada de cada noche que si una noche no la hace siento que falta algo, el saber que estás al otro lado del telefono...
Esas pequeñas cosas que hacen que cada día sea diferente al anterior, aunque Marx en su día dijo: "Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…" discrepo, la felicidad está hecha de todo aquello que aunque inesperado se convierte en deseado.
Disfruto de lo inesperado, hasta de esa melodía que de repente suena por la radio, que trae recuerdos imborrables y unas ganas irrefrenables de escucharla una y otra vez, hasta que consiga perderme en sus acordes.
